Lun, 10 de Junio de 2013
El calendario en la historia
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Una de las características del ser humano es su necesidad de prever el futuro y en la medida de lo posible organizarlo anticipadamente. La anticipación más importante consiste en almacenar alimentos en los momentos de sobreproducción para ser utilizados en los períodos de escasez. Esta forma de actuar nos ha permitido alcanzar el éxito como especie al tiempo que forjábamos una peculiar característica, una vez que comenzamos a almacenar alimentos, la tendencia natural nos ha llevado a coleccionar todo tipo de objetos.
El coleccionista se nos presenta como una persona interesada en el conocimiento intensivo de los objetos por él agrupados, que disfruta buscando, clasificando, contemplando, y como no, aprendiendo de y sobre lo recopilado. Todos ellos son de alguna forma expertos en los artículos de sus colecciones. Los calendarios, además de artículos publicitarios, y una herramienta organizativa básica en el desarrollo de la civilización, siempre han sido coleccionados, son uno de esos productos que por sus características invitan al coleccionismo. ¿Quién no ha guardado calendarios de bolsillo o calendarios de pared por sus imágenes? O como una forma de dar apariencia física a los recuerdos, a los acontecimientos que van marcando nuestra vida. Obras de arte, deportes, cocina, fauna, multitud de temáticas acostumbran a acompañar y amenizar los calendarios, añadiendo un atractivo extra para los coleccionistas. Porque se puede coleccionar por él mismo, por ser un calendario, o por lo que contiene. También por su forma, su aspecto, por exótico u original, por ser de bolsillo, de sobremesa o de pared, por el número de hojas que lo conforman, por su diseño. Hasta llegar a convertirse en objeto de culto, como es el caso del calendario de una importante marca de neumáticos, uno de los calendarios más buscados, cuya edición anual, que se publica desde 1984 ininterrumpidamente, no se vende y sólo se regala a muy importantes clientes de dicha empresa.
Y una ventaja añadida sobre otros objetos, un dato que en algunos otros casos es causa de controversias y polémicas, el año, la fecha de fabricación, resulta evidente en los calendarios.